Nunca fue la sonrisa matutina ni el suspiro nocturno, era la brisa de la tarde, la calma en la llovizna. Una pregunta en el silencio exigiendo respuesta, no se expreso, se esfumo en la espera. Escribir un poema ausenta el silencio, revive miedos con letras que ya no harán historia.
Texto agregado el 25-03-2011, y leído por 159 visitantes. (4 votos)