El canto de las punas
acompañaba a mis
pies.
Al noble caminante.
El rió
cantaba con mis brazos
tirados al viento
En el remanso de un riachuelo
recostaba mi animo
Me acomodaba suavemente en las aguas
los manantiales son claros vestigios
de mi vida andina.
Texto agregado el 24-03-2011, y leído por 84
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