La miró. Solitaria.
De a ratos feliz,
frente al espejo
Libre con mayúsculas
con su maquillajes.
Apasionada por vocación
de su propia imagen.
Enclavada en cielos
e infiernos inexistentes.
Y solo pudo decirle
“... se que no soy
tu príncipe encantado...
Apenas si,
un hombre de ti enamorado"
Texto agregado el 24-03-2011, y leído por 435
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