Pareciera mentira pero acá estamos nuevamente, yo recien saliendo de una hospitalizaciòn, fràgil, herida, sin embargo, ahi estaba èl, cubriendome en un gran abrazo y besos duraderos, llenos de calor.
No lo dudè por ningun minuto, me las iba a jugar aun sabiendo. que podrìa ocaisonarme gran dolor si me movia agitadamente, pero no lo pude evitar, aceptè qie entrara en mí una y otra vez...
Siento tanto placer estar con èl, de ver como sus manos morenas cubren mis pechos, como sus besos llegan a todas partes de mi cuerpo. Adoro su perfume de hombre, que junto con su sudor lo hacen màs penetrable.
Estabàmos muy ansiosos de vernos despuès de una semana, nuestras miradas lo decìan todo, en aquellos momentos casi tengo la certeza que enloquezco, porque no hay pasado ni futuro, ni moral ni definiciones, sòlo existe esa relaciòn cariñosa, efusiva, desinhibida....Soy en esos minutos de èl y el es mìo, deseo sus carnes, su piel, su ser entero y despùes cuando llega la despedida, soy capaz de dejarlo en libertad asì como el aire que todos respiramos, sin preguntarle si existirà otro momento nuevamente.
Nuestros movimientos son rìtmicos, exactos, coincidimos en extàsis conjunta, sòlo escuchamos aquellos quejidos que nos indican que todo esta bien...
No me cansarè de agradecer esta relaciòn sin nombre, porque no solo me sana el cuerpo sino tambièn el espìritu. Me compensa todo y a travès del tiempo mi criterio se amplìa, no existe ni condicionamientos, menos encadenamiento, para algo que sòlo nace para expresar y no me lleva a problemas ni de salud ni de conciencia.
|