Tibia y desnuda,
te miro ensimismado como en un sueño
encimado en tu carne,
que late a la velocidad de la huida
de esas mariposas dentro de tu estómago.
Tu ojos están mas áureos,
tu abrazo más firme
y en la arremetida tu rostro se transforma en cielo estrellado
y tus pechos cobijan la luna
hacia donde
animal,
me entrego a las llamas y a la locura.
En este vaivén
viajamos sobre las sabanas como en un mar infinito,
el calor y el ansia
hilan una manta nívea
donde nos quedamos dormimos después del cansancio.
Nunca hubo tanta poesía en un libro
como en esta cama en donde nos amalgamamos en un abrazo.
Texto agregado el 21-03-2011, y leído por 103
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Lectores Opinan
27-03-2011
desbordante de pasión. Me gustó mucho. ***** perseida33