Carta de
palabras
incoherentes
candentes de
inconciensia
incompetente
carga
de cadáveres
del tiempo
hambrientos
en el calabozo
del recuerdo
se comen
unos a otros
sufriendo
del olvido
sólo soy un hombre
un torpe
asesino
que espera
en el silencio
de nuevas
víctimas
de visitas
que pienso
me harán el daño
necesario
para olvidarme
de mí mismo
el suicidio
es el intento
de ser como ellos
en el efecto
ser un patético
incendio
en las mentes
de otras gentes
como un invento
que llega
y se aferra
de la realidad
y así
las ilusiones
siguen siendo
otra mentira
en la vida y muerte
que se estira
del alma
a la mente
y después
a la nostalgia
de la desilusión
inconsecuente
como un puente
que contra el viento
de la corta vida
de todo pensamiento

lo que siento
no es cierto