Supongo que recuerdas que hace poco me preguntaste la razón por la que te quería si acaso no era un capricho. Pero entonces no sabes que lo hago en defensa propia. En las mañanas de tus sonrisas abiertas soy como el asombro de un niño que conoce por vez primera el canto de los pájaros y mi voz en tus dominios hace tu risa cantarina en mañanas de sol. Es para defenderme que lo hago. Por eso me rehúso a todas las instancias que me alejen de vos.
Texto agregado el 18-03-2011, y leído por 254 visitantes. (7 votos)