Como nada se acabó
te envío sin que lo pidas
este poema del mediodía.
Lo entrego despacio
y en dosis pequeñas
para tener tu sonrisa.
En los versos
las palabras meditadas
sólo pretenden
alcanzar tus manos
sin mas ceremonias
para saltar a tu mente
así te conmueves
y te haga pensar
en llegar a un acuerdo
para recomenzar.
Sobre todo en las tardes
en esos paseos
que ahora no hacemos
o en las funciones de cine
a las que no concurrimos.
Por eso y aún mas
te sigo aguardando
apoyado en las sombras del recuerdo
para volver a ser
el constructor que extienda
sobre tu cuerpo
el plano del deseo.
Texto agregado el 17-03-2011, y leído por 190
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Lectores Opinan
23-04-2011
La esperanza y la espera a la recompensa de dar todo por el amado(a) Leetdown