Frente al JUEZ de jueces estaba el magistrado intachable de la tierra, un hombre sobrio, de buen léxico, con lucidez mental admirable, incorruptible e incobrable.

El palacio de administración de justicia estaba repleto, todos los presentes tenían una pregunta en sus mentes, la cual era la misma:

-¿Qué hace el juez más justo aquí?

Una voz telepática les respondió a todos al mismo tiempo:

-Todos debemos rendir cuentas frente al JUEZ de jueces.

La inquietud se apagó instantáneamente y continuó el juicio al intachable, el más potable de los jueces que vivió en la media isla que comenzó a ser devastada en año 1492 por los bucaneros del viejo mundo, guiados por un italiano.

El juez estaba orgulloso de su intachable labor en la tierra, sobre todo de la gran fortuna que dejó a sus herederos.

El gran juez hizo la primera pregunta desde su magnífico trono y todos temblaron en el lugar, el juez juzgado transformó su rostro el cual se manchó de preocupación, no sabía qué hacer, las rodillas delataban su nerviosismo.

El silencio fue profundo y preocupante dentro del palacio de justicia, hasta que el Juez de jueces repitió la pregunta:

-Hace justamente 48 años que usted realizó una reunión secreta con dos hombres vestidos de gris, nadie supo jamás de tal reunión excepto esta sala que tiene la grabación completa, ¿usted puede explicarnos porque actuó de esa forma en ese momento?

El alma de juez intachable se desvaneció tristemente, su mirada dejó de ser altanera y su voz perdió autoridad, pero aun así respondió casi en silencio:

-Mi señor, yo en ese momento no era juez, además estaba en juego mi vida.

El Gran Juez tenía una mirada de fuego y voz poderosa como de trueno, entonces dijo:

-Muy bien, no era juez y su vida estaba en peligro, ahora bien en su primer año de juez de los 45 que permaneció como tal, dígame ¿aquella sentencia donde estaba involucrado un hijo de su compadre, fue justa?

-Señor, señor yo solo le pagué los muchos favores que me hizo el compadre, solo eso, le juro que no recibí dinero ni nada a cambio.

-Comprendo lo agradecido que eres, ahora bien ¿y las personas que pedían justicia por su familiar muerto? ¿Con ellos hiciste justicia?

-Señor, señor no sea tan duro con migo, usted sabe que mientras vivimos en la carne somos muy débiles, lo admito mi gran señor, si actué mal, perdóneme…

La mirada del Gran Juez estaba quemando al acusado el cual estaba viviendo el mismísimo infierno.

El resplandor de los rayos brillantes que salían del Gran Juez iluminaba el gran salón y su voz era toda justicia y dijo al acusado:

-¿Usted puede explicar a los presentes en este salón como consiguió que lo nombraran juez?

-No Señor, por favor no me avergüence frente a todos estos santos, por favor condéneme, mándeme al infierno de una vez, pero no me haga tal humillación, se lo pido por lo que usted más quiera.

-Ósea por mi Hijo Jesús, del cual usted se burlo cuantas veces tuvo la oportunidad, se refiere al que yo envié para que derramara su sangre por cada uno de ustedes y que la gran mayoría rechazó, y no solo eso también se burlaron de EL.

El sudor le bajaba por chorros al juez intachable, hasta que despertó de su horrible pesadilla espantado.

En su interior prometió cambiar y actual con justicia, no simplemente para la prensa y para los ojos humanos, sino para el creador.

En la primera audiencia después de su horrible pesadilla, le llevaron un maletín repleto de papel moneda de los verdes y una vez más lo tomo sin remordimiento y dio la parte correspondiente a la prensa, y continuo siendo el JUEZ MAS JUSTO DE TODOS…