Iba cayendo la tarde,
de un domingo cualquiera.
Tranquilo el fuego arde
al lao de la caldera.
Los tropero han hecho alto
en esa vieja tapera.
De repende pega un salto
lo ha asustao la parejera.
El sol ya no está alto,
solo alumbra la cumbrera.
La oscurida toma cuenta,
de aquel rancho abandonao.
La oportunida se presenta
y el mate ya está cebao.
El viejo se sienta y cuenta,
la historia de aquel finao.
qén la tapera vivía,
del mundo casi olvidao.
Y un fiero perro tenia
de ojo medio saltao.
Q´lo mataron un día,
pá si enterrar al finao.
Qén el rancho taba muerto
y por el perro cuidao.
Tuitos dicen q´es cierto
lo que les paso a contar.
Dicen que han viso al muerto,
al perro acariciar.
q´en las noche es un tormento
y nunca para de aullar.
Ya se ha enfriao la caldera
y la han vuelto a calentar.
Zumba el viento en la cumbrera,
el mate vuelve a girar.
El viejo sigue el relato,
sin siquiera respirar.
Y es el ruido de una rama
al horcón acariciar,
que con un quejido clama,
como si juera a quebrar.
Y la inquieta paisanada,
no se cansa de escuchar.
La carne bien adobada
ya se ha empezao a quemar.
Con la cuchilla afilada,
l´an empesao a cortar.
De la galleta en preñada,
han empezao a morfar
Y con un frio en la espalda,
ya se han vuelto acurrucar.
La historia de la tapera,
la del perro y el finao.
Hoy tuitos duermen ajuera,
por si acaso han olvidao,
en un ricon la yerbera
y un monte he queso apilao.
Al despuntar la alborada
tuitos se han asombrao
De las cosa olvidada...
solo migaja han quedao.
....como, ...no se anima,..
no va decir nada,.....haa no,
pero,.. que las hay, las hay.
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