Incesante te busca mi anhelo por corrientes marina de cielos, por el vasto mirar de una estrella sin consuelo te nombro mi cielo. Ah pasado el tiempo dormido entre juncos de cuerpos vacios, muy lejano, muy perdido te sigo al confín del silencio así adentro. Sollozando las flores se mecen al compas del recuerdo vivido, la nostalgia te abre el camino y sonriente se cuela este río. Yo entorno mis ojos llorosos, y a lo lejos te veo en mi espejo solitario vagando los mundos, entre copos de nubes amigas. Son tus ojos almendras doradas que me fijan con destellos azules, habitándome desde siempre en el trémulo amor comprendido. MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI
Texto agregado el 15-03-2011, y leído por 339 visitantes. (2 votos)