Marzo 2011. Mujer de todas las mascaras.
Querida mía, si volviera a nacer te volvería amar, me volvería a enamorar de ti, ahora soy alguien que ha cambiado su posición en el mundo, se ha comprometido con los animales, con el planeta, tratando de estar en armonía con el cosmos, con el universo, con el plan de Dios.
Te seguiré amando entre mis sueños, entre mis dedos, donde la luz regresa a su origen, comienzo de todo el amor que puede vibrar y expandirse hacia todas las direcciones del Universo.
Te seguiré amando después que mi mirada se apague.
Te buscaré entre las tinieblas, te buscaré como la única salida para volver a casa.
Como la única estrella sobre mi frente, como mi único horizonte.
Yo me enamoré de ti, cuando leía a Hesse, a Kafka, a Gibrán, a Nietzsche.
Me enamoré de ti cuando me adivinaba en tu piel, cuando presentía la luna, sobre tu mirada, profunda como la última estrella, la que cierra los abismos.
Me enamoré de ti cuando soñaba contigo, y seguí enamorada de ti, de tu enigma, de tu secreto, de tus manos pequeñas como la lluvia.
Mi vida no es la misma sí tú no estás, mis lágrimas queman toda la memoria, para que renazca con nuevos ojos, para verte mejor.
Esas lágrimas bajo mi piel, que se mueven invisibles entre las palabras que te escribo, estás y las otras, todas las que te escribo.
Dejé de estar enamorada de ti, sólo para aprender a amarte mejor, aprender a ver sin ningún miedo la vida a la cara, aprender a verme a mi misma a la cara, reconocerme y poder sonreír; cuando pienso en ti, te sueño, te llamo, te nombro en silencio, como esa extraña canción que llevo a modo del eco de la muerte que no me quiere enamorar.
Sí volviera a nacer, te volvería amar, pelearía menos contigo, disfrutaría tu presencia, aprendería tu ser de memoria, tu mirada, para encontrarte más adelante, en otros reinos, otros cielos, te diría: Te amo mucha más veces de las que te lo dije sobre tu piel, en presente, porque sólo en presente te amo, sólo en presente puedo amarte, el pasado no existe, el futuro no existe, no nos pertenece.
Nos pertenece el presente donde te amo mejor cada día, porque tú me enseñaste, como se ama Mi querida mujer de todas las máscaras: Te Amo.
Desde BC, mi rincón existencial de sonrisas y llantos. Andrea Guadalupe.
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