Se nubla mi cabeza en mi propia mirada Yo sola, sin besos, como princesa encantada Los pájaros me saludan con sus almas aladas... Y yo escucho el silencio, para mi no cantan nada Mis pies sobre las piedras resbalan al abismo No hay sonidos, solo tristezas, la muerte me espera al final del camino Tus ojos me miran, desde mis recuerdos Siempre te amé, más hasta ahora nunca lo había sabido.
Texto agregado el 13-07-2004, y leído por 185 visitantes. (3 votos)