Sopla con sutileza entrecortada sobre las alas de la mariposa que ha descansado sobre su dedos.
La ingenuidad es justificio cósmico cuando sueña que el insecto es un juguete vivo que viene a alegrarle el día.
Las ha tenido grandes y pequeñas, de colores vivos y mimetizadas, pero para su conciencia luminosa son todas la misma y una sola.
Le ha puesto nombre. Se llama Doménica.
El mundo alrededor se difumina cuando concentra sus ojitos almendrados sobre los tintes tornasolados del bichito, por que sólo basta mirar una sola vez para ver la belleza y no dos para ver la perfección
Le habla, le cuenta sobre sus muñecas y se lamenta de que no sea mas grande para invitarle a tomar el té junto a barbie y el oso de lana chilota.
Antes de liberarla le hace prometer que volverá el día de mañana, mientras dentro de un corazón dibujado en la tierra escribe: Amanda y Doménica.
De lejos la miro como una ilusión.
Amanda es como un sueño.
Por ahora sólo Doménica es real, allá afuera en la ventana mientras escribo esta última letra en soledad…
Texto agregado el 13-03-2011, y leído por 125
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Lectores Opinan
13-03-2011
Impresionante final...***** perseida33
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