Los últimos sucesos de magnitudes desastrosos ocurridos en el lejano país del Japón trae de nuevo sobre el tapete la discusión a veces aplazada de la inmediatez siempre presente de la especie humana ante el misterio de la naturaleza, la vida misma o la existencia.

Es una pena la cantidad de vidas humanas que sucumben ante la fuerza inclemente de los movimientos de las placas tectónicas. Pérdidas incalculables demandan la solidaridad internacional de todos los países ante eventos tan desvastadores, ayudar a los hermanos japoneses a la recuperación de tan duro accidente es el imperativo mundial.


De nuevo las luchas cotidianas por el poder político, hegemónico y económico en la mayoría de los países del orbe pasa a ser como como algo extremadamente banal ante las fuerzas inclementes escondidas en el Alma del Planeta, o del Universo. Estos son tiempos de recuperar la humildad perdida ante la catastrofe de nuestras vidas. Pero también tiempos de cooperación, de unificar el compromiso de salvar la especie humana, recuperar la vida misma.


Estos son momentos de severas reflexiones en lo espiritual: Ante una advertencia tan contundente de la Naturaleza, nosotros los humanos, pequeñas piezas no descifradas de la creación tenemos que detenernos y analizar, más allá de las diferencias culturales, religiosas o colectivas el papel de la humanidad actual. O lo comprendemos definitivamente, (nuestro rol y papel en este pequeño planeta) para evolucionar, o lo ignoramos para avanzar con rapidez creciente en la estupidez: El mensaje es claro, o nos unimos e integramos con verdadera fusión de seres humanos a nivel mundial, para unir las diferencias y las distancias de las culturas o estamos condenados a la extinción de la especie. Ser indiferentes ante los signos de los tiempos es una locura. De nosotros depende.


En marzo 1993 se descubrió el cometa SHOEMAKER-LEVY 9, con la particularidad que no orbitaba alrededor del SOL sino del planeta JUPITER. En el año 1994, el planeta absorvío por la enorme fuerza de gravedad, 23 fragmentos. Entre el 16 y el 22 de julio del 94, los pedazos del cometa, entre 2 a 5 Km de diámetro se estrellaron definitivamente sobre la superficie, ocasionando una explosión equivalente a 600 veces el Arsenal Nuclear de la Tierra (Nuestro Planeta). Seis millones de megatones de TNT implosionaron generando una onda sísmica de 450 km. por segundo.

La reflexión y el ejemplo es para comprender que nuestro mundo, más de 100 veces más pequeño que JUPITER no hubiese resistido jamás semejante colisión. HUBIESEMOS DESAPARECIDO DE LA FAZ DEL UNIVERSO. Y en tan sólo pocos segundos HUBIESEMOS DESAPARECIDO.

Somos tan infinitesimales, tan pequeños y a la vez tan obstinados y soberbios que no digerimos nuestro verdadero papel en este punto del Universo. Creemos que tenemos un gran país, un gran continente, una descomunal vida y en el fondo sólo somos pequeños y diminutos puntos existenciales que nos comemos unos a otros, como bacterias, por insignificantes migajas.

Los invito a la meditación individual y colectiva, pareciera que los verdaderos cambios están más allá de la política y las religiones: Se impone una búsqueda espiritual bien intensa, después de todo pareciera que las verdaderas lecciones están allí en los símbolos y signos de los tiempos actuales…

¿Alguien lo duda? …