¡La esperanza! Y la cordura. Y ese temple, tal vez nacido del ginkgo biloba, de que a pesar de todo, merece la pena seguir remando contra las olas del infierno. azulada
27-03-2011
Tistes, pero bellos. LLenos de esperanza.
Mis saludos, poeta.
Noguera
23-03-2011
muy buenos Liliana, los ciclos de la vida, el renacer después de la catastrofe. ***** loretopaz