El potro rosa del alba galopa sobre una caravana detenida de porqués.
¡Estás ahí!
Tu nombre me mira desde la lápida blanca y fría como el hielo.
Ya no baila para ti la odalisca del sauce con sus ramas verdes
tus ojos se han enredado en las raíces de las violetas.
Miro el cielo
lanzas de lluvia clavan mi cuerpo
pero no pueden traspasar tu aliento.
¿Ves el mar?
Ese que contemplo en las noches
devorando estrellas en su vientre de algas.
¿Lo ves mamá?
Victoria
Texto agregado el 09-03-2011, y leído por 822
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