Necesito no sentir esta necesidad,
De sentirme por ti necesitado.
Al final, solo mío es, mi soledad:
Mi soledad conmigo,
Mi soledad en compañía del bosque,
Mi soledad en nostalgia del pasado,
Mi soledad buscando al sol sobre un ave,
Mi soledad congelada tras cristales helados,
Y mi favorita; mi soledad contigo.
Podría suplicarte tu voz,
Así mi imaginación descansaría de tanto imitarte.
Pero tu compañía ha de venir espontanea,
Como la lluvia se llora alegre sobre el otoño,
Como el puño de mi corazón,
Toca la puerta de tu alma.
Como un vigía tras la ventana,
Te espero desesperado sin que lo sepas,
Y a mi lado, bailan transparentes un vals,
Tu soledad con la mía.
Quizás seas donde escondo mi temor al silencio,
Tal vez hallo en ti una excusa para sentirme vivo,
Porque cuando pienso que me piensas,
Me laten los latidos,
Y cuando me entierro en un encierro,
Me recuerdo solitario, por tu olvido.
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