Convencido de encaminarla hacia su esperado destino
Apenas expiró entregué su alma a Dios
Invencible se autoproclamaba
Luego entendí se refería a su alma
A los veintisiete me trajo a este mundo
Para partir de éste treinticinco años luego
Aún busco entre mis huesos algún recuerdo suyo
Cualquier sello que haya dejado impreso en ellos
Mas me da vergüenza la ausencia que he descubierto
De un ser tan cercano al Creador
Ha surgido lo opuesto.
Texto agregado el 05-03-2011, y leído por 81
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
06-03-2011
que bien que bello no heredar
cambiar el sino
fascinante astartita
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