Había dejado entre los cuatro cinco o seis años tal vez por andar sin rumbo, buscando, rogando y hasta vendiendo media vida apostando monedas...botándolas en realidad..

Había dejado de escucharte, de verte, de pensarte...

Hasta la noche aquella en la que te oí llegar

Despertaste en mi humanidad un inexplicable sentimiento

Hablaba yo de corazones y espacios ...a caray cuanto lugar tenías en el mío!

Mi rostro desencajado volvió en sí...como la primera vez- aquella en que te conocí

¡Yo que juré nada hay en este mundo que sea más, que siete años enajenados!

Eres tú ahora, que llegó a rescatarme y tomarme entre tus brazos y...

hacerme sentir tanta pasión...

Más grande que mi mar...más lejos que la luna...mas claro que el rocio...

Y los encuentros contigo no se terminan en dos horas...(aunque lo son)

mi vida lleva tu sello...siempre lo llevo, ahora soy yo la que ha decidido mirar hacia ti lejana y viva pasión que hoy es mi hoy, gracias a Dios!!!