Guía mis manos,
me dijiste temeroso,
soy torpe, puedo lastimarte.
Sigue tu instinto,
dije inspirándote confianza,
cierra los ojos,
que tus manos se deslicen por mi cuerpo,
y en cada caricia que me brindes,
descifres los misterios del amor.
Guía mis manos, repetiste,
quiero aprender a complacerte,
eres afrodita que se eleva ante mis ojos,
una blanca rosa cubierta de rocío,
tus pechos son las velas henchidas por el viento,
mi nave quiere atravesar tu océano bravío
de aguas profundas, de misterios insondables,
todo mi ser quiere atravesar tus mares,
descansar en tu playa.
Guía mis manos,
que tu piel sea mi libro,
mis manos los ojos ávidos de lectura,
y en cada caricia que te brinde,
tu cuerpo deseoso de ser leído
me vaya guiando por los accidentes de tu geografía,
para llegar a puerto seguro.
Guía mis manos,
en una entrega de amor
sin concesiones.
Piel a piel, beso a beso
sabrás que te amo,
sin limites, sin tiempo…
como mereces ser amada
como hombre alguno jamás te amó.
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