De entre todas
La más hermosa,
De tono intenso
Y silvestre
Como una rosa negra.
Te distinguí de las demás,
Me atrajo tu color,
No necesitas colores suaves
Pues, como tú,
Ni el mejor buscador de tesoros puede hallar.
Mi rosa negra,
Créeme que cuando
Me lleno de tu perfume
Que entre tus pétalos se asoma
No soy yo más.
Y créeme,
Que el roce de tus espinas
Enerva mis sentidos,
Y no me duele,
Ya no soy yo más.
Mi rosa negra,
Que dulce el perder el sentido
En tus campos,
Cuando abres tus pétalos
Y te muestras magnífica,
Floreciente,
Demoniaca.
Destilas tu mejor perfume,
El que embriaga
Y tus pétalos complacientes
Cobijan mi fuego
Y ardes,
Y te meces con el viento
Y aunque tus espinas no me duelen,
Mis manos que de tanto tocarte
Derraman sobre ti gotas de sangre.
Ah, mi rosa negra,
No te quiero rosada
Ni blanca
Ni roja,
Te deseo así,
Con tu perfume que es veneno
Y tus espinas que me desangran
Y tus pétalos delicados;
Así, mi rosa negra,
Eres para mí. |