- Lo que tiene usted es una hernia interdiscal entre la L4 y la L5. Debe comprar RELAJOL para el dolor, ALIVIN para el ánimo y MEJORAL…
- ¿para mejorar será? – le interrumpí risueño.
- ¡No!, - me espetó – no todo hace lo que su nombre indica.
- ¿Pues entonces qué?
- El MEJORAL es para desinflamar la hernia que le aqueja entre la L4 y la L5.
- Oiga Señorita, solo le pido que me anote en el papelito aquél en el que escribe si el L4 y el 5 me lo tengo que tomar en ayunas o los puedo pasar con el mate bien temprano.
- No Señor, al parecer no me entendió. L4 y L5 son parte de su columna. Son vértebras. ¿Entiende?
- Algo creo.
- Bien entonces.
- Entonces bien, y me tomo el MEJORAL y empiezo a cargar sacos otra vez – y ya me levantó de un salto, pero un dolor punzante me arrebató el aliento –
- ¡Cuidado Señor!
- ¡Ay, ay, ay! – Y resoplo otro poco y me caigo de costado, y como perro atropellado le miro en sus ojazos y le sonrío con la vista a medio nublar - Creo que se me maleó el espinazo Señorita.
- Pero Señor, ¿cómo es que se levanta tan de golpe?
- Es que me sentí tan bien cuando me habló del MEJORAL, que pensé que ya me había sanado, ¿ve usted?
- Tómelo con calma, y regrese mañana, y veremos cómo evoluciona, y no se preocupe por nada, la consulta es pro bono.
- ¡Es que ahorita voy y compro un bono!
- No no, no se preocupe. No compre bono que no le cobro. – Y con la expresión más dulce me tomó del brazo, y me derretí como helado al sol, y así fue como empezó todo, y así fue como es que le amé pa’ siempre.
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