1-
Ella pinta de color rojo las uñas de sus pies, de reojo se entera que él la mira silencioso, omnibulado en la misma ternura desplegada a través de los años, la música que en la habitación se escucha es el ronroneo de Mimí, la gatita recogida por ambos hace dos años, quien se enrosca coqueteando en el edredón de la cama.

2-

¡Ven aquí! Déjame acariciar tus pies, dame la suavidad de tu piel una vez mas, si ya se que están recién maquillados, pero ¿para quien lo haces?
¿No es acaso una invitación nueva a renovar nuestros besos...?

3-

El secador de pelo enfocado hacia los pies rechina, presurosas las medias de seda se deslizan por sus rodillas, hasta los muslos, y las caderas que agitándose acomodan el colalez.

4-

Ella lo ignora, no responde al llamado del fuego, no puede... el trueno del tiempo es cruel y no perdona.

Los pechos están fríos, apuntan hacia el cielo, más la prenda de encaje pronto los cubre y el misterio se asoma.
Cada botón de la blusa aflora hacia un final, la falda requiere la cooperación del amado para cerrar el broche, y en ultimo lugar calza sus pequeños pies con zapatos de punta y estos se apoderan de su cuerpo y en su andar la hacen suya.
Un labial la besa suavemente, deja su huella carmesí en su carne jugosa , el espejo aprueba efusivo...

5-

Mimí sigue ahí hipnotizada con su canto natural, y Él se queda solo, con la mejilla marcada levemente, a la espera, en la más silenciosa de todas las horas.