EL PERIODICO DEL MAÑANA

¡Arranca! Se escucha un grito, y comienza la carrera, los caballos salen de sus gateras, y se escucha el griterío de la gente, por todo el hipódromo, nombrando a su caballo favorito.
Emiliano sentado en primera fila, tiene todas sus esperanzas puestas en su caballo “Rey”, esta vez apostado su casa, que es todo lo que le queda, espera que en está ocasión su suerte cambie de rumbo, y venga el triunfo, la satisfacción y la alegría infinita.
“Rey” lleva ventaja junto a sus competidores, Emiliano se levanta de su asiento, aplaude lleno de regocijo, eufórico, ya siente el triunfo en sus manos, en cuestión de instantes su corazón se acelera mas rápidamente, pareciera que su respiración podría escucharse a kilómetros de distancia, mientras observa como la yegua gitana se le acerca cada vez mas al caballo “Rey”, quien comienza a bajar la velocidad, de pronto se escucha un grito, gano la yegua “Gitana”. Emiliano se deja caer sobre el asiento, baja su cabeza, sus manos huesudas hurgan en los bolsillos de su saco de pana gris, saca un cigarrillo lo pone en sus labios y luego, con un movimiento imperceptible, mecánico que denota sus años de fumador empedernido, acciona el encendedor desechable, con desesperación aspira a través del filtro, su rostro refleja angustia y desesperación pues lo ha perdido todo.
Camina hacia donde se encuentra su rival, lo felicita como buen perdedor, y estrecha su mano mientras el hombre le dice:
-así son las carreras amigo, nunca hay nada seguro, le doy quince días para que desocupe la casa.
- Gracias le contesta, desconcertado mientras monta su caballo.
Comienza el festejo, se escucha la música algunos felices otros preocupados y tristes desocupan sus asientos en el hipódromo.
Mientras Emiliano absorto en sus pensamientos, se dirige hacia la salida del hipódromo, cabalga por unos minutos, con el peso de una noche que le parece ser mas fría que de costumbre, llega un momento a la plaza del pueblo, a descansar un poco, para seguir su camino, se sienta en una banca, y baja la mirada, hacia el suelo, al cabo de un rato, le asalta la sensación de que alguien está observándolo por el rabillo del ojo, ve una figura inmóvil como una estatua que se confunde con la oscuridad, de pronto escucha una voz que le dice:
-Buenas noches, levanta la mirada lentamente, y ve un hombre vestido de negro, con una mirada profunda y un aire misterioso.
- Buenas noches le contesta
- le tengo una muy buena oferta,
- he tenido un muy mal día y no me interesa comprar nada,
- lo se le responde el hombre como sabiéndolo todo, pero tu mala suerte puede terminarse hoy, te ofrezco el periódico con las noticias del día de mañana, entiendes lo que significa, conocerás antes que nadie al ganador de las carreras de caballo, podrías apostar y siempre ganarías, jamás volverías a sentirte un perdedor como este día.
- No estoy para bromas, se levanta de la banca, monta su caballo y sigue su camino, mientras el hombre lo observa, con su mirada profunda y su aire de misterio, esbozando una sonrisa maliciosa.
A la mañana siguiente se levanta Emiliano, pone agua para su café y como todas las mañanas va al buzón por su periódico, entra a la casa se sirve una taza de café, observa su rostro reflejado en el cristal de la ventana, sus ojos hinchados producto de tantas noches de dormir tres o cuatro horas, y piensa hasta cuando será solo un buen perdedor, un pobre diablo esperanzado a sus quincenas para sobrevivir, a los escasos pesos que llegan cada dos semanas, para que el dueño de la fonda donde dizque come y la vieja chismosa de la tiendita donde compra sus cigarros y sus jabones se apoderen de ellos. Siente una oleada de autocompasión y las lágrimas le inundan los ojos y comienzan a caer sobre el periódico. Empieza a leer con asombro el encabezado del periódico que dice”GANA EL CABALLO REY”.
Su mirada se queda fija en la fecha del periódico, es del día domingo y es sábado, entonces su memoria retrocede horas atrás y recuerda las palabras del hombre “podrías apostar y siempre ganarías jamás volverías a sentirte un perdedor como este día”.La emoción le embarga, pues siempre ha sido solo un buen perdedor, y se pregunta donde podrá encontrar a ese hombre y conocer su ofrecimiento, su mente comienza a divagar, imaginando que podrá tener todo lo que siempre anhelado, camina lentamente alrededor de su cama,la colcha deja ver su edad en las pálidas flores luidas, y una enorme mancha de humedad afea aun más la pared.
Esta vez ya no tiene nada que apostar, solo su caballo, se cambia rápidamente y se va al hipódromo hace su apuesta al caballo Rey, y como estaba escrito en el periódico, se escucha un grito gana el caballo “Rey”, siente como si su corazón se le fuera a salir, mientras los perdedores se le acercan a saldar sus apuestas, los mira con una mezcla profunda de compasión, pero al mismo tiempo siente un regocijo desmedido, siente una euforia que corre por sus venas como una droga.
Pasan las semanas y Emiliano siempre gana, el periódico con las noticias anticipadas siempre está en el buzón.
Una mañana mientras se dirige al buzón por su periódico, se da cuenta que no esta, que no llego el periódico del día siguiente, y aunque tiene ya todo lo que había soñado, pues ha hecho muy buenas apuestas apostando siempre al ganador, su ambición lo consume por tener mas, y piensa donde podré encontrar a ese hombre seguramente no es del pueblo. Mientras alguien toca la puerta, al abrirla se asombra es el hombre de la plaza.
- El hombre le saluda alzando el mentón con un gesto desafiante mientras entra a la casa.
-Emiliano le sostiene la mirada, y ve en el hombre una expresión extraña de la que no se percato entre las sombras.
-El hombre observa los muebles lujosos de la casa, y con una sonrisa sarcástica le dice ¿ te ha ido muy bien?.
- De maravilla tengo más de lo que había soñado.
Necesito saber en que consiste su oferta aquella de la que me hablo en la plaza, pues esta mañana no llego el periódico anticipado, estoy dispuesto a cualquier cosa, quiero seguir siendo el único en conocer lo que va suceder mañana.
-Me darías tu alma a cambio de las noticias del mañana.
- Emiliano se ríe a carcajadas, su risa retumba en el silencio y cesa de repente. Creo que la muerte es un paso natural, biológico y no creo que exista una vida después de la muerte, así que trato hecho, se estrechan la mano y el hombre gira su mano derecha y saca de su bolsa trasera el periódico y lo entrega a Emiliano y con una sonrisa maliciosa se aleja.
Emiliano toma el periódico y en primera plana dice Gana el caballo “Tesoro”,
Voltea a ver el reloj que cuelga de la pared faltan 30 minutos para que comiencen las carreras, deja el periódico sobre la mesa y no termina la lectura pues ya no le dará tiempo necesita ir apostarle una vez mas al ganador, observa sobre la mesa el café del día anterior y toma un largo sorbo de café frío y dulzon, y voltea a ver el periódico que parece reclamarle su pronto abandono.
Se monta en su caballo cabalga hacia el hipódromo serenamente, mientras escucha que se acerca el tren, se comienza a desesperar pues piensa no llegara a tiempo, se acerca a un grupo de personas que esperan el tren, observa el reloj en la muñeca de un hombre que sostiene el periódico, pero no alcanza a visualizar la hora, lo ve tan absorto en su lectura que decide preguntarle a una señora que también espera el tren, cuando escucha que alguien dice ya faltan 20 minutos para las 4:00pm.
De pronto su caballo comienza a relinchar se mueve de un lado a otro, Emiliano intenta tomar las riendas con firmeza, pero el caballo sigue relinchando, enfurecido, la gente observa asustada, finalmente Emiliano cae del caballo, quien comienza a pisotear su rostro ferozmente, se escucha cada vez mas cerca el sonido del tren, el animal se aleja con una velocidad asombrosa, la mujer se acerca a Emiliano y al ver su rostro desfigurado lanza un grito, el hombre del periódico también se acerca y al verlo deja caer el periódico del día de mañana, en el rostro de Emiliano con la noticia “Muere el millonario apostador de caballos Emiliano”.