Sofía era humilde y trabajadora, tenía tres años buscando un hijo y nada, los ginecólogos habían roto cualquier esperanza por las condiciones desfavorables de sus órganos sexuales, la habían declarado estéril con palabras disfrazadas.
Eran incontables los velones consumidos frente a un pequeño cuadro de la virgen Tatica, todos bajo la misma petición, un milagro para un bebe sin importar el sexo (pero que sea de un solo).
Cuando le dieron el análisis positivo de su embarazo, ella se había olvidado de un sueño que tuvo 30 meses atrás que le prometía una hermosa niña (carne de su carne) que nacería sietemesina y que se debía llamar Tatica.
A Sofía le llegaron las imágenes de aquel sueño instantáneamente, de inmediato compró una docena de velones y los colocó frente a su pequeño cuadro de la virgen Tatica para que fuera iluminada.
Los corazones de Sofía e Ismael su marido rebosaban de alegría por el maravilloso milagro que se le había concedido.
La familia se unificó mucho más y visitaban frecuentemente la iglesia, y a los siete meses nació una hermosa niña de piel canela igual a su madre y la nombraron Tatica la milagrosa.
La hermosa niña mostró una inteligencia sobre natural a muy temprana edad, impresionaba a todo el mundo con sus ocurrencias y su gran capacidad de análisis. Era muy temerosa de las cosas de Dios y también muy juguetona
Ismael era blanco como la leche, físicamente no se parecían a su hija, pero decían que la niña había heredado su gran inteligencia.
Al paso del tiempo la familia fue avanzando económicamente, y Tatica la milagrosa fue inscripta en uno de los mejores colegios, Allí la hipocresía y prepotencia se expresaba a muy temprana edad, aunque Tatica no se había contagiado de sus compañeras, de lo contrario tenía fuertes choques con las futuras chicas plásticas.
Faltando pocas semanas para terminar un año escolar, una niña del mismo grado que Tatica estaba sufriendo fuertes ataques de pánicos motivados por unas epístolas que estaba recibiendo de parte del diablo. Eran varias las cartas que habían aparecido misteriosamente en la mochila de Angélica la niña atemorizada.
Angélica no podía casi ni pegar los ojos por el temor de soñar con Satanás y su familia estaba sufriendo mucho esta horrible situación.
Las autoridades del colegio habían hecho hasta lo imposible para descubrir el autor de dichos escritos pero eran inútiles los esfuerzos hasta que un día Tatica confesó que ella era la autora.
Nadie podía creer tal confesión, no porque Tatica fuera mentirosa sino porque dudaban que ella sola elaborara tales textos.
Hubo reuniones de todo tipo, con el psicólogo, con religiosos, con los padres de ambos bandos, hasta que se pudo comprobar que efectivamente Tatica la milagrosa era la única autora de las epístolas del infierno.
Sofía un día durante las vacaciones de Tatica le preguntó muy calmadamente a su hija por que hacia las cartas tan crueles a su compañera, y ella le respondió;
-No la soporto mami, ella es odiosa, privona, antipática y prepotente, alguien tenia que ponerla en su puesto.
Los padres de Angélica decidieron sacar del colegio a su hija, porque el centro escolar había bajado mucho de categoría al aceptar gentes de todas clases, de todo color y de bajo nivel.
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