Desafías
mis ansias y mis ganas.
Aquellas,
que en un ayer cercano
me atreví a ignorar,
fingiendo
que no importaban,
apenas reconociendo
su existir.
Me hice a un costado,
sin siquiera mirar,
sin apenas saber
de mi existencia
y tu presencia.
Nunca más callar.
Imperativo,
reconocer mis deseos.
En un grito,
por ti clamo.
Ven aquí,
y obséquiame con tu piel.
Haz con ella
un regalo a mis manos
que al fin podrán sentirse
colmadas de ti.
Y deja en mi boca un beso,
donde te descubra plena,
donde te sienta mía.
Seré caricia,
seré abrazo,
hasta hacerme complemento y parte
de aquello que buscas,
y que esperas.
Fuiste desafío,
y abriste mis ojos
mostrando que existías,
de un modo real.
y en tu existencia,
alimentaste el deseo
de que mi cuerpo y corazón se unan,
en la necesidad
de amarte.
Encuentro de amantes,
eterna espera,
que se acaba. |