La Violencia Doméstica
Mi hermana conoció al que fue su esposo en su trabajo, los dos eran empleados del gobierno, ella contable en la oficina del contralor y el director de recursos humanos. Se enamoraron y después de dos años de noviazgo se casaron, no había una pareja más felíz que ellos, todo lo hacían juntos, sus aniversarios eran como cuentos de hadas, todos los que asistiamos a sus fiestas ansiábamos que cuando nos llegara el momento de cazarnos nuestras vidas fueran igual que las de ellos.
Pasaron años y cada día se veían más felices y para completar su felicidad Dios les mando con cariño una hermosa niña para completar su felicidad y alegría.
Cada vez que les visitaba me sentía muy orgulloso de mi hermana y de mi cuñado, un día les dije que cuando decidiera cazarme me gustaría tener un hogar como el de ellos, eran el modelo de hogar que todos desearían tener.
Después de tres años de ausencia decidí darle una sorpresa y como era su aniversario y las fiestas de la Navidad cargado de regalos para ellos y mi sobrina llegué a su casa, las cosas no se veían bien, había como algo de tristeza en el ambiente, la casa estaba algo desordenada y mi sobrina encerrada en su cuarto. Mi hermana salió de su habitación sin arreglar y eso me extraño sobremanera, pues ella siempre estaba tan bien arreglada y le gustaba vestir impecablemente.
Después de saludarle nos confundimos en un abrazo que duró unos minutos, ella lloraba y casi no podía hablar. Le dije: ¿qué te pasa? Dime, no quiero verte así. Por un momento creí que mi sobrina andaba en malas compañías sentí mucho temor. Me cogió de la mano llevá hasta el balcón de su apartamento y allí me narro una historia de violencia , de cómo su esposo le pegaba, me mostró su cuerpo todo amoratado y lleno de marcas de los golpes que le propinaba. Les juro que por primera vez en mi vida sentí deseos de matar aquel desgraciado, de tomar la ley en mis manos y darle su merecido, porque el hombre que le pega a una mujer es desgraciado e hijo de perra y no merece que se le trate como un ser humano sino como un animal.
Me relató cómo le imponía relaciones sexuales cuando ella no lo deseaba, le prohibió visitar a la familia y menos sus amigas. Le dije que no quería oír más nada pues me sentía con tanto coraje que tenía deseos de irle a buscar para darle su merecido, a ver si con otro hombre se atreve hacer lo mismo. Me dijo que ya había sufrido bastante y no quería más problemas. Esta bien le dije, no llores más por favor.
Los hombres que cometen violencia doméstica pretenden controlar a sus víctimas a través del temor y lo hacen propinando fuertes golpizas, por medio del abuso sexual, psicológico y económico. La violencia doméstica se manifiesta de muchas maneras, pero el objetivo es siempre el mismo.
Al otro día llamé al abogado de la familia para los trámites de divorcio y después de unos meses mi hermana obtuvo su libertad . Ahora vive con su hija y su nieta en San Juan. Todo estaba consumado.
Aquí algunas manifestaciones de la violencia doméstica:
Abuso físico, golpizas, bofetadas, empujones.
Abuso verbal, crítica, gritos, comentarios humillantes.
Violencia sexual; imponer relación sexual, exigir actos sexuales no deseados, trato degradante.
Coacción; hacer que se sienta culpable, manipulación y malhumor siempre.
Si usted querida dama que lee este artículo ve algunos de estos síntomas, tome acción inmediata y no deje que el maltrato continue.
©Cuentos de Comerío
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