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Trató de contener las lágrimas mientras ella le decía lo feliz que se sentía a su lado –la mujer más afortunada del mundo- aseguraba. En tanto, su cabeza de hombre-niño ya bastante destruida por los vicios intentaba procesar y comprender la esencia misma del amor, no de ese concepto tan manoseado, no de aquellas cuatro letras vacías, sino más bien de esa emoción constante que ya le parecía un sentimiento.

Ser feliz nunca le importó, ya se había acostumbrado a relaciones tormentosas y parafílicas, al placer con los excesos, incluso con los llantos, con las penas, con las escenas lúgubres luego de cada pelea, de cada discusión, al masoquismo que a tal extremo ya era patológico, nefasto. Se consideraba a sí mismo un hombre triste y solo, con un par de amigos con los cuales podía hablar de poesía, de cine, de arte, pero triste y solo al fin y al cabo.

Así como sea, llenaba la vida de esta persona y sentía en su estómago una cosa media extraña, mariposas no, eso es de hippies, algo así como challas pintorescas y serpentinas multicromáticas, una fiesta en sus tripas…o tal vez si, mariposas, un par de mariposas, ¡qué más da!. ¿Así se sentía la felicidad?, ¿así era que se era?. Parece que sí. Le tomaba el gusto. Sonreía.

Jamás se sintió importante para alguien y ya ni siquiera le importaban muchas cosas ni personas, ni revoluciones, ni huelgas de hambre, ni protestas adolescentes, ni bla bla bla, se había desinteresado del mundo porque consideraba que el mundo se había desinteresado de él. Importábale sólo el hecho de llenar la jeringuilla y escribir poesía, ‘’poesía medular’’ le llamaba, pues le dolía hasta la médula al escribirla.

Estaba atrapado entre los vicios blandos y los vicios duros y hablaba con su perro más de la cuenta, al menos más de lo que se debe hablar con un perro.

De nuevos amores al carajo, de nuevos amores ni pensarlo, pero ¿Por qué había bajado considerablemente su dosis diaria de heroína para estar con aquella chica?, ¿Por qué le gustaba tanto esos momentos de silencio rotundo junto a ella?.

Mientras trataba de contener las légrimas se le escaparon unas cuantas, 3 o cuatro quizá, dos por cada ojo, las imaginó azul fosforescentes de tan alegres que emanaban, mientras repetía una y otra vez en su interior ¿cómo yo puedo hacerla feliz, si nunca pude, si nunca pude, si nunca…..?

Horas antes hablaba con su compa –que en realidad ya ni siquiera eran amigos, más aún, eran hermanos- sobre aquel sicólogo que le habló sobre el amor: ‘’valorar y comprender al otro como legítimo otro’’. La frase que para él no era más que un cliché, casi una consigna floreada de Humberto Maturana le comenzaba a hacer sentido y veía cómo su vida se iba tornando de colores olorosos, de formas dulces, de sonidos plateados, todo esto como un conjunto monocorde. Poco le quedaba de gris, nunca había tenido tan poco de ese color mortífero y letal en su alma.

Su pasado era un cadáver y el fantasma aún le penaba de vez en cuando y de cuando en vez, los dolores del corazón habían sido muchos, demasiados, como para calmarlos en un par de meses.. Pero ya estaba mejor, ya no se cuestionaba tanto si volver a amar o no amar nunca más, sin duda ya estaba amando.

Los sueños indeseables se alejaban, su vida tan destrozada se estaba renovando y se sentía como una culebra cambiando la piel. Acostumbrado a alegrías momentáneas, deseaba que ese momento durara para siempre, a sabiendas que no, que nada bueno dura para siempre, pero lo aceptaba y prefería ni pensar en el futuro. Ni planes, ni manifiestos de vida en pareja, y es que recién estaba conociendo lo que era de verdad una pareja.

Lo que nunca le importó y consideraba el peor error de la humanidad –el buscar la felicidad- lo había envuelto y la había encontrado sin siquiera imaginarlo. Estaba feliz, estaba contento, y no con sus vicios atontados ni sus placeres extravagantes, ahora le bastaba solo eso: un par de mariposas.

Texto agregado el 20-02-2011, y leído por 149 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
17-05-2011 compeltamente de acuerdo, es tan basico buscar la felicidad y hacer de eso una razon de existencia...muy muy bueno tu texto, cada vez me sorprendes mas katatakax
20-02-2011 Muy bueno ;) caotica
20-02-2011 Tu relato me parece encantador, mucho más por lo simple y naif.Tenés juegos de frases muy bonitas. GeorgeSand27
20-02-2011 La felicidad hay que buscarla, sino ¿para qué vivimos? aberas
 
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