Ojos como el universo oscuro, piel morena y fina, pelo como la noche sin estrellas extendiéndose hasta los hombros, brazos fuertes, torso firme, piernas ágiles, manos grandes y hábiles, personalidad rebelde, sangre india corre por sus venas junto a la valentía de su raza, mente clara, pensamientos limpios, corazón bondadoso, sonrisa franca, transmisor de historias y de esperanzas de cambio hacia un mundo mejor. Ese es el “hacedor de sueños”.

Llegó un día muy temprano a la ciudad, solo. Su mirar muestra ansias por hacer algo nuevo en el pedazo de tierra que pisa por primera vez. No conoce a nadie, sin embargo tiene alegría en el corazón queriendo salir para compartirla con algún ser que esté dispuesto a escuchar los secretos de su alma. El día empezó para toda la ciudad, y para el mago creador de sueños fantásticos también, empezará a tejer sueños para todos aquellos que le encuentren a su paso y sean capaces de descubrir el brillo que lleva en los ojos y se dejen envolver con la magia y fantasía que regala a través de la energía que emana su presencia.

Esa es la vida del Mago, nadie sabe su procedencia, ni su destino, lleva en su espíritu el valor de su pueblo, y el sabor de un amor futuro que le inspira, haciéndole sonreír cada momento que sueña el encuentro y cada vez que imagina los brazos de esa mujer rodeando su cuerpo inyectándole vida, especialmente cuando sienta que la soledad se apodera de él y la tristeza lo invada.

Recuerda, sin embargo, cada encuentro que tiene con su amada, en los viajes al que el dios del sueño lo transporta en las noches llevándolo hasta el regazo de aquella mujer que lo espera en algún lugar al que él, sin duda, llegará sólo guiado por su corazón y el destino, entonces sabe que ella está esperándolo también en algún lugar que pisarán sus pies algún día.

El día se mueve al ritmo de los habitantes de la ciudad, el Mago sólo observa sin involucrarse demasiado, claro, a menos que alguien se acerque queriendo descubrir algo de su misterioso ser. Así va descubriendo entre las miradas tristeza, premura, tensión, inquietud, preocupación, nadie advierte su presencia entre la gente adulta, pero aquellos que llevan juventud, vida, alegría, ternura, paz y especialmente amor, son capaces de recibir de él una sonrisa y brindársela también. Son los niños que se acercan a él a recibir y brindar lo único que él piensa debería reinar en el planeta, Amor.

El día transcurre, habló ya con muchas personas, sonrió a todas las que pasaron, muchos lo vieron como un bicho raro, pero algunos accedieron a su ternura y le ayudaron a pasar el día. Pronto será la noche, pronto llegará el esperado reencuentro con su amada...

La luna es ahora la reina de la mágica noche, terminó el día. El mago vaga por la ciudad observando las estrellas mientras busca un lugar donde pasar la noche. Encuentra a una mujer de edad madura que le ofrece un rincón en su casa donde pueda hospedarse por algunas monedas y para que sus niños puedan disfrutar de sus maravillosas historias. El hacedor de sueños accede a adormecer a los niños de la mujer con historias imaginadas, soñadas, llenas de magia y misterio.

Se dispone a dormir, la jornada terminó, pero empieza lo mejor, el encuentro, un viaje por el maravilloso mundo de los sueños.....



.....Despierta debajo de un árbol azul a cuya sombra se cobija, está solo, pero la espera, sabe que llegará. Observa el lugar, es un paisaje inimaginable en el mundo de la materia, los árboles son de distintos colores, posibles sólo en la imaginación de los grandes soñadores, cerca se escucha un río, el cielo está azul y a lo lejos se observan algunas nubes. Él va caminando lentamente disfrutando del maravilloso lugar, agradables aromas a flores perfuman el ambiente. Se detiene frente al río, el agua es transparente, el río corre tranquilo se pueden ver las piedras de colores que forman su cause también algunas algas que juegan con el agua, el mago sigue su camino río abajo, despacio, se sienta en una piedra y espera, ella llegará pronto, él lo sabe.

A la otra orilla del río aparece una mujer de largos cabellos, la piel de ella no es morena como la de él, sus ojos son rasgados y su mirar profundo, viste de blanco con destellos de colores, al verlo le sonríe, en su sonrisa ella muestra que lo estaba esperando y que está feliz de verlo. Él siente que su corazón late más fuerte al verla, ahora todo es perfecto... Él empieza a caminar sobre el agua, sus pasos son firmes y su mirada fija en los ojos de aquella mujer que encuentra en cada viaje onírico. Ella empieza también a caminar sobre el agua hacia él sus pasos son delicados en su firmeza por conseguir su objetivo, abrazar a su pareja astral.

Ambos se encuentran en medio del río, sus aguas están tibias, sus pies desnudos flotan en el agua, sus manos se tocan, sus miradas no se separan, no dejan de sonreír, se abrazan.....

Una melodía envuelve al lugar atrapándolos en su dulzura, y empieza la danza sobre las aguas del río que los acoge, esta danza transmite el amor por los aires y todos los seres de la naturaleza bailan en torno suyo como parte del paisaje, las aves, los árboles, las flores, todos comparten el momento de ese mágico encuentro...

De repente nace de los cerros lejanos un hermoso arco iris de intensos colores que se sumó a la felicidad de los seres del lugar envolviéndolos en sus matices. Los rostros de los amantes se ilumina de diferentes tonos ofrecidos por el espectro mientras bailaban unidos en un abrazo delicado lleno de ternura y amor.

El tiempo parece no transcurrir, en el mundo de los sueños el tiempo es eterno, sin embargo la noche y sus elementos no querían quedar indiferentes frente a este acontecimiento, y se presenta con sus estrellas que bajan y se posan en los largos cabellos de los amantes iluminando sus rostros y sus sonrisas mientras las estrellas que no lograron bajar irradian su luz desde el cielo dichosos de ser parte de este momento infinito, la noche procura su tibieza y su aroma a tierra húmeda para la armonía de todo el paisaje. Todos forman un espectáculo perfecto, en un momento perfecto, junto a la luna que parecía observar sonriente desde las alturas el panorama que vivían todos los seres en aquel momento.

Pero el viaje al paraíso de los sueños necesita de un despertar al mundo físico, después de aquel momento eterno la pareja sabe que deben retornar a sus vidas hasta otro gran encuentro en el próximo viaje que hagan al mundo de los sueños, se toman de las manos y sus miradas no se separan, no lo hicieron en todo el tiempo que estuvieron juntos, de alguna forma saben que el encuentro físico esta cada vez más cercano, saben que deben memorizar sus miradas y estar atentos para que se puedan reconocer a través de ellas cuando estén en el mundo tridimensional, sus manos se van soltando poco a poco hasta separarse. No están tristes por la separación, al contrario, este encuentro les brindará la energía suficiente para continuar sus días con optimismo y alegría. Mientras, deben prepararse para tener algo que ofrecerse cuando se encuentren.