Es extraño, pero te extraño.
Extraño tu mirada.
Extraño tu silencio.
Extraño tu sonrisa y tu inocencia.
Extraño tu plegaria y tu insolencia.
Es extraño, pero extraño todo de vos.
Sin creer en el amor, es extraño que quiera hacerte el amor.
Sin que tú creas en hacer el amor, es extraño que quiera demostrarte lo contrario.
Es extraño, pero quiero entregarte lo que nadie logró.
Es extraño, pero quiero lograr lo que nadie pudo.
Es extraño, muy extraño, pero quiero ver esos ojos desbordantes de placer.
No quiero ver esos ojos solitarios, acuciantes, suplicantes, dominantes, que le faltan lo más importante: el sabor.
Es extraño que te diga, que estoy dispuesto a morir, si estas dispuesta a recibir.
Y mas extraño aún que estés dispuesta a recibir, sabiendo que entregarás.
Es extraña mi vida, es extraña la tuya.
Es extraña mi piel, pero no lo es para tu piel.
Son extrañas mis manos, que tu cuerpo ya conocen.
Es extraña tu boca, que ya logré saborear.
Es extraño mi dulce y tierna niña, que todavía no comprendas.
Es comprensible sin embargo que te produzca extrañeza.
Es extraño, pero te extraño.
Es extraño, muy extraño, pero añoro esa simbiosis que aún no conocemos.
Y en los límites del tiempo, en los umbrales de la vida, no se si en sueño o en realidad, ya extraño el momento a tu lado, donde podremos volar.
Y lo más extraño, que ya extraño, sin extrañar.
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