Es en este momento que me siento sola.

Es el vació total de la infinita soledad, sola.

Y cabalgan mis caballos del Apocalipsis,
por los laberintos de la misma soledad, sola.

Y no sé dónde colocar mis manos vacías.

Sin siquiera un hombro, sobre otro
hombro.
Una mano que apriete la mía

Una cálida voz que aliente mis oídos.

Una dulce mirada.


En todo a mí alrededor, aturden los ruidos de
Externas soledades,
y tiritan de frío mis mil clausuras del alma.

Y sangra el corazón y no se si estoy viva.

Se paralizó mi respiración,

Y como marañas crecen las tristezas.
Y avanza el miedo y aumentan mis plegarias.

¡Qué vuelva como ayer!
¡Qué juegue con sus cartas!

¡Qué no me deje sola en esta fría soledad sola!