Me siento...
Ahora resulta que eras tú el que me hacía guapa,
yo que había llegado a creerme tan atractiva, una mujer inteligente, deseada... ¿Una mujer!? De eso nada.

Como una canción...
Oigo una maldita canción sin estribillo. Una canción buena pero incompleta, me angustia, falta la gracia.
Se caminar sola pero me asusta, sólo creer que ando cerca del suelo me sirve, el truco es no mirar.

Sin estribillo...
Se nadar, pero me dejo. Es más cómodo que me lleve la corriente. No estoy tan mal pues lo que escribo no es bueno, ya se sabe... como una canción sin estribillo.