Un hombre entra a una habitación, cojea de una pierna debido al accidente que ha sufrido apenas hace unos momentos en un automóvil a toda velocidad. La habitación esta recubierta con azulejos de color blanco; tanto paredes como techo, reflejan la figura borrosa de sus dos ocupantes; el hombre que acaba de entrar es joven, aunque refleja el peso de los años sobre su rostro, viste un pantalón de mezclilla color negro y un abrigo del mismo color, frente a él, un hombre viejo, de expresiones duras y mirada inquisitiva, este hombre viste un fino traje de color gris y unos gruesos lentes de marca que logran esconder parte de su naturaleza. El joven empuña un arma y apunta al viejo que se encuentra frente a él, su mano tiembla, su pulso es inseguro, el viejo permanece inmóvil.
Destellos de pensamiento cruzan por la cabeza del joven, observa y recuerda algunas palabras “No eres más David Webb, eres Jason Bourne”, su pulso ahora es firme, ambos se observan y solo uno de ellos habla para decir: “ya lo recuerdo todo”.