Claroscuro en tus rosas, fieles brumas que creías olvidadas, mañanas que vuelven como espejismos. Cayeron tus recuerdos en el fondo de tu corazón sin amor ni odio, aprendiste a no mirar a través de la bruma, esa que te ciega y enamora. Tus pasos inquietos, de una corazonada absurda, una chispa de debilidad. Una mañana más pediste,
Texto agregado el 14-02-2011, y leído por 177 visitantes. (2 votos)