Cuando lo vi, me calentó su porte. No sé como explicarlo, el era oscuro. No me refiero a su color de piel sino a su aire, era oscuro. Grande, fuerte, prolijo. Cuando se sentaba un enorme bulto sobresalía de sus pantalones. Te miraba a los ojos de manera penetrante y se lo sobaba. Era dominante. Pero estaba drogado y borracho y poco me importaba, estaba caliente. Cuando se presento tuve que haberlo tenido más claro, pero no caí. Recuerdo que le festeje el chiste y me quede un poco duro, como sorprendido. Un puto inteligente me dije. No se me ocurrió más que aquello. Evidentemente la droga enturbia el sentido. Me tendió la mano y dijo:
-José Antonio, como Primo Rivera.
Incluso el marcial bigotito de hormiga por encima de su labio superior me confundían.
El asunto es que partí con él hacia un departamento donde estaban sus amigos para tomar cocaína y tener sexo grupal.
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-Sabes cual es tu problema? Que sos puto y en eso te pareces a los judíos y los comunistas.
Tres hombres desnudos masturbándose alrededor de otro empotrado boca arriba sobre una mesa. Un quinto hombre con un pene de enormes dimensiones sostiene sus piernas dobladas y lo penetra. Un sexto hombre masturbándose sobre su cara es el que habla. Flaco, fibroso, peinado hacia atrás, fino bigotito marcial sobre el labio. Mete su pija en la boca del hombre empotrado y penetrado por una verga de dimensiones gigantescas, un fenómeno más extraordinario que el de las orejas del dr Spock. La sacude hasta la coronilla, se la meten hasta el fondo. Los ojos del hombre empotrado, penetrado por una verga de dimensiones extraordinarias y obligado a tragar una pija hasta la coronilla, son de pánico y gozo, dolor y éxtasis.
-y nosotros somos de una raza pura y no impura como la tuya que solo prohija fenicios avaros, drogadictos, degenerados y comunistas, son una raza impura. No te confundas, que te estemos cojiendo no nos hace putos. Es admiración por nuestra virilidad. Es hacer uso del derecho del soldado vencedor a saquear y violar, antes de dejar todo como tierra arrasada. Te voy a contar una cosa, los alemanes entraron a París violaron a las mujeres francesas y las muy putas se hicieron sus meretrices. Todas la gran Francia burguesa era una puta que se entregaba a la gran verga tecnificada del Tercer Reich para ser salvada del comunismo. Franceses sin honor. Lo mismo hicieron los bolches cuando entraron con el ejercito rojo a Berlin, se las cojieron a todas y a sus niñitos de las juventudes nazis. Es el derecho del vencedor, es virilidad, es el poder sobre el cuerpo del vencido. No te sientas mal, después de todo te estamos cojiendo muy bien. Pero no somos putos. Que te quede claro. Los putos son una degeneración de la naturaleza, como los judios; y un judío puto es demasiado, no se puede permitir. Es darle lugar a tipos como el pervertido de Woody Allen. Porque un judío comunista es una obviedad. Marx, Trotsky, Freud, todos judíos. Los banqueros todos judíos. Dominan a la banca, dominan a los grupos revolucionarios, gane quien gane, ganan los judíos. (El hombre empotrado mientras lo apuñala una verga de dimensiones gigantescas -un fenomeno más extraordinario que el dr Spock- y tragando una pija hasta la coronilla, se relame de pensar al ejercito rojo penetrando a los culitos duros de los rubios nazis de la SS). Saboreala bien putito porque estas son pijas Tacuara, de la Tacuara de Ezcurra Uriburu y no del gordo sajón ese que termino trotskysta de Joe Baxter. No señor nosotros somos las vergas de Dios. Son vergas sagradas en la honorable lucha contra los judios y el comunismo. Son armas de la Patria. También se la damos a los nenitos bien de la oligarquía, putitos como vos, porque son serviles al extranjero, son los que no entienden que su egoísmo y avaricia hace al pueblo preso de la ira.
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Toda la leche de esa enorme verga de dimensiones gigantescas chorreaba por el culo junto la sangre. La boca era un pantano de semen. Me habían acabado todos dentro de ella poniéndome un embudo para que lo tragara. Me sentía totalmente ultrajado y humillado, pero también gloriosamente cojido. Sobre mi vientre mi propio semen secándose.
Cuando me desataron el de bigotito me dio un beso de lengua en la boca. Acaricie la enorme verga de dimensiones gigantescas llena de mierda, sangre y leche. Colgaba allí entre sus piernas. Armas de la patria.
-te gusto la historia.
-si.
-que entendiste
-que todos los de la falange son putos.
-no jodas con José Antonio
-cual la muy maricona de primo rivera?
Ahí sentí la primer bofetada. Me cruzo la cara y su plaf me empujo la cara hacia atrás, después una trompada en la cara y caí. Patadas de pies desnudos mientras me cubría la cabeza y las bolas. Del golpe todo se pusieron a mearme. Divina lluvia dorada, abrí mi boca para recibirla.
Había pagado por ello no puedo quejarme.
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