y el aire se lleno de palabras
por doquier,
donde uno mirara
una espesa niebla de palabras

cruzando un puente
había un "resbalín" que caía
o un "río" que reía
uno no podía ya jugar al escondido
porque había alguna "carcajada"
que te delataba

los parpados húmedos de llanto
derramaban "gotas", "lagrimas"
y ya no había lagrimas, ni gotas

los padres siempre preocupados
de los accidentes,
ahora semánticos,
dejaron de escuchar a sus hijos
eran sus palabras
las que escuchaban ahora
"padre", "madre", "la cena"
también comenzó a hilvanarse
en "pollo" con tres consonantes
acompañamientos bisílabos
postres rellenos de vocales

la gente no pudo más
que alimentarse de palabras
defecar palabras
y las autoridades llamaban a conservar
la "calma"
mientras el "micrófono"
se retiraba indignado;

gráciles como mariposas
o pesadas como "rocas"
caían, flotaban, se revolcaban
hasta caer de la "risa"

las casas se convirtieron en "casas"
pero ya no importaba porque el
"frio" había dejado de ser tan frío;

todos, consternados o enternecidos
caminaban desnudos de ropas
puesto que lo único que
se podía era leer
todos los cuerpos tapados de letras
que extrañamente se agrupaban
con mas fervor en las zonas
mas deseables al lívido
formando redes de palabras
ininteligibles y hermosas

parecía que todo iba a convertirse
en palabras pero no fue así
había un vacío infranqueable
que se empezó a advertir
cada vez que una amada sonreía
o que una madre se dolía
o que un soldado caía
se asomaban las palabras de rigor
pero su sonrisa de alguna forma
no cabía en esa "sonrisa"
su dolor era mas triste que aquel "dolor"
y si un soldado caía
ese para siempre
no se podía leer completo su "caída"

los hombres y mujeres del mundo
se dieron cuenta
que había algo más,
aunque el mundo
esté teñido de letras
algo que simplemente...
se escapa a las palabras
y hace que tenga sentido
tanta palabra en libertad.

J. U.