Cuidé tus sueños, los alejé del miedo, admirado de tu ternura infinita. Desplacé tu cuerpo dormido, siempre bajo mi mirada atenta. Observé tu paz inmensa, la de un niño. Bastó para ser feliz el conocerte. Esos momentos fueron de suave gloria dando magia a mi interior sufrido. Son celosamente guardados hasta que la luna desaparezca. Veré que admirado me contemples en los últimos instantes de mi vida para restar siempre como tu padre y ser el abuelo de tu hija Emma. Ünicamente cuando ella nazca comprenderás el significado de ser padre.
Texto agregado el 04-02-2011, y leído por 248 visitantes. (5 votos)