don perro tenía una máquina rociadora que usó para hacer llover
la lora, para arrojar canciones al aire, como si fuera una grabadora la tomó
don elefante manuales de baile al aire lanzó
y para mandar besos invisibles, al perro la hipopótama la máquina prestó
la hormiga, tarjetas con besos quiere enviar y al perro fue a consultar
- solo cien tarjetas, cien besos y cien abrazos quiero mandar, ¿ me podría usted la rociadora prestar ?-, preguntó la hormiga
- tiene mi máquina capacidad para enviar millones de cosas, ¿ porqué tan poca cantidad quiere despachar ?-, preguntó el perro
- son las invitaciones a la fiesta de mi cumpleaños -, contestó la hormiga
la lora que escuchaba, preguntó al insecto : ¿ nos caerá del cielo participación al perro, al elefante y a mí para esta gran ocasión ? –
sin saber en qué lugar a tantos invitados acomodar, la hormiga no tuvo mas remedio que a toda la selva participar,
don perro en una nube se subió, millones de tarjetas y abrazos con beso invisible en la rociadora colocó y a todo el mundo al cumpleaños de doña hormiga convocó
cinco millones de tortas las hormigas prepararon y tres millones de canciones los asistentes danzaron
don gato bailó con doña ratona hasta “muertos del cansancio” terminar,
don elefante a ninguna dama dejó sentar y al zorro no hubo que castigar,
desde ahora los asistentes esperan impacientes otro cumpleaños celebrar
y con clases de mambo, guaracha y guaguancó, doña rana y don rinoceronte se fueron a preparar
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