La concepción
No hubo un consenso claro desde el principio. La cosa estribaba en que había que conformar una familia, había que ser alguien en la vida, con metas, había que dejar simiente en esta Tierra, perpetuando todo concepto que se nos ha manifestado, alargando la batalla que daremos hasta el día en que bajemos a la sepultura.
Alguien tiene que justificar todo aquello por cuanto hemos soportado las vicisitudes de la existencia. Para algo debe servir tanta futilidad y tanto compromiso.
El alumbramiento
Después de tantos días por fin ha visto la luz; es una substancia que llena su cuerpo pequeño y desnudo con una tibieza que lo agrede. El aire se hace cada vez más invasivo, hasta que, cansado de darle lucha, le permite ganar espacio, sofocándolo y perdiéndose en él. Una gran confusión se crea en su interior, y va a reflejarse en lo que pasa allá afuera.
A lo largo de muchísimo tiempo será así.
Primeros pasos
Más que la impresión de ver la sangre se trata de la primera punzada, de ese aguijonazo paralizante y novísimo, de ese sentimiento de daño y abuso, esa intrusión que el cuerpo rechaza con un alarido áspero. Luego de que se ha sentido viene la conmoción: entonces los músculos aterrados comienzan a estremecerse sin dominio, y el alma se encoge dentro del rincón más apartado de la oscuridad.
Y a pesar de que se sabe lo que se siente, nunca se está completamente dispuesto y preparado para cuando vuelva a pasar.
Primeros acercamientos y relaciones con los objetos
Tal y como la ira, el vidrio se termina fragmentando en muchísimas partículas que pretenden volar erráticamente. Tal y como el vidrio, la ira puede circular en parábolas interrumpidas abruptamente por alguien que se interpone en su trayectoria.
Primeros años de instrucción
El pasado es una presaga sin reputación. Sin embargo, con el correr de los años, su poder adivinatorio aumentará con creces. Pero así mismo lo hará el precio que cobra.
El pasado es una concubina vitalicia: En su mocedad nos deleita con su refrescante virtud. En su madurez nos encadena con su experiencia. En su senectud es simplemente una carga sin atractivo.
Vida en sociedad
El número de personas en el mundo aumenta cada día más. Proporcionalmente, cada vez un ser humano se apropia de menos metros cuadrados a su alrededor.
No sólo hay poco espacio afuera de nosotros: tras milenios de evolución, el cerebro humano se ha vuelto tan grande, que ha tenido que plegarse sobre sí mismo para no hacer estallar el cráneo que lo contiene.
Formación de la pareja
Pareciera que cada vez que nos juntamos es para hacernos la vida imposible. Comienzo a creer que Dios no tuvo necesidad de sacar a Adán y a Eva del paraíso para hacerlos padecer; simplemente le bastó con inventarse la idea de comprometerlos.
Formación de la familia
La búsqueda de la prolongación es una tarea tediosa, más cuando se hace sólo entre dos.
Además, dejamos muchos sueños rotos como legado en esta tierra.
Años de envejecimiento
El aire se aburre de cortejar el alma después de unos años… La luz se oxida dentro de los ojos, el silencio grita en nuestros oídos y las manos se vuelven pacientes por fin.
Caminamos con la mirada baja y la cabeza gacha, adivinando nuestro próximo destino.
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