Ya no lanza su flecha ya no tensa su arco el niño del amor. Espera y duda. En mi boca, hoy reseca, se acabaron las palabras. Por eso grito en el viento para que no me olvides. Soy aire que concentra mis miserias y alegrías. En un espacio del tiempo entierro mis anhelos. Pero se que volverán a briilar como nunca. Con alguien que entonces nada mas comprenda. Y ese niño lo sabe por eso blande su arco. Nada mas espera el momento propicio.
Texto agregado el 24-01-2011, y leído por 190 visitantes. (5 votos)