En algún lugar lejano
quedó el silencio
chocando con tu espalda
de solitario viento.
Pecados de algodón
que naufragaban
en el grito sagrado
de lo incierto.
A través del reloj
las madrugadas
sostuvieron
mi calcinado cuerpo.
Deshojaba
las rosas mas hermosas
porque me lastimaba
el desencuentro.
Soy ceniza en la mesa
derramada
Soy la nada
chocando con el viento…
Texto agregado el 24-01-2011, y leído por 309
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