Deja a los demás (que no te importan nada) a un ladito, pequeñito. Y ahora piensa en ti (sobre todo en ti) Y en todos aquellos que, al verte de esa manera, lo pasan mal. Decide. Cuida cada una de sus partes más sensibles para que todo el daño causado no pase factura. Descansa. (Todo el mundo merece tomarse un respiro) Vuelve a vivir.
Texto agregado el 23-01-2011, y leído por 124 visitantes. (2 votos)