Devuelveme las llaves del corazón esas que sin pensar un día te entregue cuando con tu sonrisa de ángel jurabas no dejar de amarme ni un instante. Dame el control del candado ese que protegía en rudo cofre el tesoro más preciado y golpeado que en mi pecho hoy desfallece. Toma a cambio este nicho de respeto que aún te queda antes que se haga muy tarde y me convierta en tu pena.
Texto agregado el 20-01-2011, y leído por 214 visitantes. (5 votos)