Bien recuerdo aquella fiesta,
en que quedé deslumbrado
a causa de tu belleza,
te veías tan bonita
con tu blusita amarilla
minúscula falda apretada
apenas a la rodilla.

Quería que me miraras
y al final, cuando lo hiciste
esperaba una sonrisa,
y tus labios se partieron
te queria entre mis brazos.
¡Bailamos toda la noche!

Cuando me diste la mano
ansiaba besar tus labios,
Y cuando robé sus mieles
Ya buscaba tus oteros.

Redondos, blancos, hermosos
ya no me fue suficiente
soñaba en verte vestida
como ‘La maja desnuda’

Imposible ya no amarte
necesitando yo hacerlo
con toda fuerza del cuerpo
el resto de mi existencia

Y cuando llegue mi fin,
inevitable, me temo
te espero en la otra vida.
He de pedirte un favor:
que convenzas a San Pedro
que me deje entrar al cielo
Y que el Señor me perdone
por mis humanos errores
No es lujuria lo que siento
Lo que sucede, ángel mio
es que al tenerte conmigo
mientras mas tengo, mas quiero
Mi pecado capital
Es el tercero: avaricia