La vecina

- Mira, mejor ya no hagas alarde de tu rututú con el fulano, no la sigas porque cada vez te hundes más.
“Qué conveniente situación, me has conformado el corazón
con las migajas de tu amor…
Por tí, no creo en mí,
y aún así pides más…” – Le digo parafraseando a Florecilla en Déjame ir.

En ese momento un gorrión se
estrella contra el vidrio de mi ventana, la abro, tomo al avecilla
cuidadosamente entre mis manos… pongo esto asiiiii… y esto payáaaaaa.
¡Listo, lo arrojo al vacío, son veinte pisos… tiene un ala rota!
- ¡Tuuuuuuuuuuuuu…!
- Caramba, se me cortó la comunicación – Pienso mientras escucho el tono largo.

Estoy mirando al gorrión en cayendo cuando me percato que la vecina de abajo está sentándose en el balcón.

- ¿Qué hace vecina? – Le pregunto.

- La vida es una porquería, ya no quiero vivir – Responde entre sollozos.

- ¡No me digas que vas a saltar…!

- No tengo otra solución, mi vida es un desastre.

- Mira, si te tiras ahora o dentro de un ratito da igual ¿no? ábreme la puerta que voy bajando.

- Nooooo… no vengas – Grita

¡Toc… Toc…!

- Te dije que no vinieras – Me dice secando sus lágrimas y volviendo al balcón.
Yo la sigo, dejo que se siente de nuevo con sus piernas colgando al vacío y entonces le digo:

-
Yo sé que le conceden un deseo a los que van a morir pero en
este caso el deseo lo tengo yo… - Digo y ella voltea a mirarme.

- Siempre te veo entrar y salir… ¡Buenas tardes… Buenos días…! ¿Podrías concederme un deseo?

- ¿Pero qué te pasa no ves como estoy?

- Estas mal, estás por saltar…

- ¿…y?

- Quiero besarte, siempre quise besarte, abrazarte, te quería para mí. Ayer volví a soñar contigo.

- ¿Pero que estás diciendo si tú tienes novia? – Pregunta ella sin entender y agrega - ¡Por favor son todos iguales…!

- Ella no me quiere a mí, le gustan todos.

- ¡Qué barbaridad, no sigas mintiendo! – Dice y hace gesto de arrojarse.

- Mírame Paula… ¿Por qué te mentiría si vas a matarte?

- Vete que te vas a meter en problemas si me tiro y estás aquí.

- Ok, tengo una idea…

- ¿Ahora qué? – Me dice disgustada.

- Quiero besarte ¿es tan imposible? Mira, nos besamos, nos agarramos de la mano y saltamos.

- Esteban, tú estás definitivamente loc… - No termina de decir la frase que la beso.

Siento el perfume de sus cabellos, lo tibio de sus labios y ese ligero temblor de su cuerpo.

- Creo que mi fracaso con Claudia es por pensar en ti todo el tiempo – Le digo mientras voy por otro beso.

- ¿Me estás acusando de tu fracaso?
Me paro en el macetero del ventanal alto y la bajo de la baranda donde estaba sentada.
La beso de nuevo y la agarro de los cabellos, luego de la cintura, la aprieto, vuelvo a besarla…

- ¡Ay, dame un respiro! – Me dice agitada y me queda mirando.

- ¿Qué? – Le pregunto.

- ¿No ves que soy flaca, que uso lentes, que tengo frenillo desde los doce años…?

- De acuerdo… eres fea ¿Eso me quieres decir?

Levanta
las manos con los dedos abiertos, palmas hacia arriba, a la altura de
la cara como sosteniendo una bandeja en cada una y me tira una mirada
con los ojos agrandados meneando la cabeza como diciendo: ¿Ya te caíste
del nido pajarito?
Le agarro la cara, vuelvo a besarla, la traigo hacia mí, la aprieto y la sigo besando y besando…

- ¡Ay, déjame… suéltame… Ayyyyyyy…! – Alcanza a decir entre beso y beso - ¡Ayyyyy, no me muerdas… Esteban nooooo…!

- ¡EL PAJARITO, SE ME CAYÓ EL PAJARITO! – Le digo preocupado interrumpiendo el beso.

- Pero a mí no me parecía... ¿Qué… Qué vas a hacer…? – Pregunta jadeando mientras trata de recuperar el aliento.

- Espérame… ya vengo.

- ¿Adónde vaaaaaaas?

- ¡Blummm…! – Cerré la puerta.
Al rato estoy en la acera de la planta baja…

- ¡Paulaaaaaaaa…!

- ¿Queeeeeee…? – Me grita asomando su carita.

- Fíjate si en tu balcón está un gorrión con un paracaídas… es mío.

- Sí, aquí estáaaaaaa…

- Bueh, ya me quedo más tranquilo. ¡Daleeeeee… tírate que yo te abarajo!

- ¡Subeeeeeee… loquito que ya me enamoraste! – Grita entre risas.