Tenía cancha en muchas camas. Se andaba por las ramas. Mordisqueaba panzas, preparando la labranza.

En breves momentos, manos a la masa. Del coste escapaba, gran libranza, sin gastarse pasta. Del movimiento le queda el pelo como una rasta. Una vez cepillada, perderá el aspecto de melena basta. Palanca, ganzúa, se abren puertas de una en una. O de dos en dos o tres en tres, depende de gustos de alguna. La que pone cama y pasión. Fortuna.

Desesperando en la hambruna. Haciéndolo en cualquier duna. Desde la mañana hasta la noche, a la una, y espiándol@s la luna, como cualquier noche. Como nunca.

Gente que habla_blá_blá. Digan lo que quieran, conmigo el amor no lo harán. Desgraciad@s y con pena, matándose a roce me soñarán. Y creerán que soñando conmigo a su pareja engañarán. Nada más lejos de la verdad. Que por decir decían que “por decirte te diría, por amarte te amaría, por soñarte soñaría”, buena filosofía, fina y llena de sabiduría, día tras día, y así quedaba en paredes y en mesas escrita, como esta firma mía.

A formas diferentes firmo dentro y fuera. Que me entienda quien quiera. Quien quiera conmigo se queda. Mañanas con bolsas de ojera, de no dormir, pervertir y hacer vivir. Colegas pegando la oreja. Acto que envidia refleja, que una amistad se aleja, que la rabia y la envidia a mi me apesta.

Afeada la situación, la meto entre reja. Esa es la moraleja. Me molesta y mi rima es esta. Sí, sí, de aquí a poco un análisis. Que de tanto vicio me pervertís, me olvidáis el prevenir y negar la evidencia sólo es mentir. No quiero malvivir, al loro con la sífilis, no digáis que avisad@s no estuvisteis, que tiempo tuvisteis. Mis besos recibisteis, ahora no os pongáis tristes. Peor lo mío, tener canario y no tener alpiste. Como lo viste. Si lo cantaban, como lo oíste. Si lo escribías, como lo hiciste.

Le quedaban siempre comentarios. De risa, varios. Deprisa, flores, lirios, sin Lario’s, poesía para ovarios, lametones calientes, pelos entre dientes, asignaturas pendientes, besos entre seres. Allí le tienes, búscale estés dónde estés. Sin estrés. Que te ama, tú lo ves, pero a ciencia cierta no lo crees, porque lo que es no es lo que ves. Y lo que con este poeta tienes, no lo sabes.

Te sigue recordando aquí y en 1.000 lugares.

Tú sigue gozando por otros andurriales.