El tiempo no existe
cuando en una calle, en una esquina,
en una mesa de salón, a la sombra de un árbol...
me encuentro con la mujer inaugurada
mientras cargo los años de tu ausencia.
Sumergido en tú risa
escapo de mis días ausentes,
recordando imágenes
cuando mirabas la vida extraña.
Un almuerzo en tu compañía
es un viaje a las tardes
cuando mis pasos estaban perdidos
de tu presencia...
al final te encuentro
compitiendo con el sol.
Texto agregado el 14-01-2011, y leído por 911
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