V




En mi maleta llevaba lo necesario para acabar con un pueblo entero o a 5 hombres bien entrenados, con mi 9 mm entre mis pantalones, una de mis navajas de caza lista para ser desenfundada a un costado de mi pierna, llevaba puesto mi chaleco antibalas que me regaló mi padre cuando cumplí 15 años y que jamas había usado, encima una gabardina negra que seria muy útil si se trataba de un edificio abandonado, así me podría esconder en las sombras, por ultimo unas botas negras y un pantalón militar que odiaba pero era muy útil para llevar todo tipo de armas, eso y mi deseo de verlos muertos.

Abrí cuidadosamente la puerta del viejo edificio que resultó ser un lote de departamentos , ¿ahí alguien?. pregunte con mi pistola en mano, no se escuchaba nada mas que el silencio, todo estaba tan tranquilo que hasta el mismo dios podía quedarse dormido.

Subí al primer piso muy despacio y atento a cualquier sorpresa, hasta que alcancé a escuchar un rechinido que venia de la puerta del departamento del fondo, direccione mi 9 mm y me dirigí hacia el , había dado dos pasos y un pequeño niño mugriento. despeinado y llorando había salido de aquel cuarto, baje mi arma, antes de poder acercarmele y preguntar algo me percate que llevaba algo en la mano, una maldita granada que al instante explotó, afortunadamente solo me derribó, me puse de pie lo mas rápido que pude pero ya todo era una endemoniada polvadera que no me dejaba ver absolutamente nada, nuevamente direccione mi arma pero esta vez a ningún lado, no veía mas que sombras.

Unas sombras muy rápidas a las que no les podía apuntar, la mira no me duraba lo suficiente como para dar un disparo, así que saque mi navaja dispuesto a cortar todo lo que se me tocara.

Empece a correr con el objetivo de encontrar las escaleras que me llevaran a la planta baja , afortunadamente no estaba muy lejos y fue así como me dirigí a la parte de abajo, no había bajado 4 escalones cuando fui recibido por una lluvia de balazos provenientes de una AK-47, retrocedí y me quede a media escalera protegido por una pared que servia de pasamanos, rápidamente baje mi maleta y saque mi propia AK pero sin soltar mi 9mm, cuando me asome para ver si los bastardos seguían ahí, ya no había nadie.