Boda Real. Nos cuesta un dineral a la población real. Nos tenéis engañad@s. ¿Es ése vuestro plan? Ganaos el pan; no sé cómo no os echan a patadas, que os habéis ganado cientos de caceroladas. Mentes sublevadas, que saben abrir con rimas elevadas esas puertas mentales encalladas.

Con manos encalladas de horas trabajadas, de heridas marcadas, más de un@ os llenaría de balas aladas; desgraciadas víctimas que ven pasar las duras jornadas entre negadas y prohibidas charlas entrecortadas, por si viene el capataz, que no vea que hablando estás.

Mientras tanto esa gentuza que el cinturón te estruja, colabora a que aumente la inmobiliaria burbuja. Precios bien altos por vivir cerca de palacios. En la calle no queremos ni a los gatos. Vuestros hijos en suburbios. Andan arrugados. Mejor que sean pazguatos. De enseñanza faltos para regalarles puestos de limpiazapatos.

Mendig@s con estudios de moral hundid@s. Días turbios; lluviosos, escondidos en recodos. Habiendo hincado los codos, quedamos recluid@s en nidos de mierda llenos. Pillando piojos, sarnosos. No, LetiZia, para nosotr@s, ni primeros platos. Date tus antojos. Con qué nos miras; con qué ojos.

Recoges cartones, callas si ves ladrones, no vives en condiciones. En una y en mil Naciones vivimos millones de pobres. No somos alcohólic@s; no tod@s. Nos alimentamos como podemos de las ubres de vuestras malas costumbres. Con todo ello si me ves me huyes, sé que miedo es lo que tienes.

No pretenda que la entienda. No suelta prenda a quien pagó su vestimenta. No me se ofenda. De este país ya lleva rienda, y más bien suelta... aún que no suelta a quien se refugia de tormenta. De mi escrita contienda, estricta contienda, no habrá quien un ejemplar venda. Se expondrá en ninguna tienda, a precio de ninguna peseta. En la calle, la calle nos respeta. Es alcanzada nuestra meta.

Vivimos en otro planeta. Subíos a nuestra chepa. No vendrá de uno que no quepa. Menuda estampa. Caímos en la trampa, y con nosotr@s todo arrambla. Enterrad@s en prensada tierra blanda, que ya ni un corazón ablanda. Solo nos entierran para que quién quiera con su mirada fiera nos hiera. Un Estado que destierra a quien dinero no le queda. Es ésta bestia fiera, que de todo deja fuera a quien menos que a una cena derecho le queda.

Espera, espera, que ahí no acaba. Que en eso pensaba mientras rescataba madera para la hoguera, en esta noche sincera en que te explicaba. La noche que lava, con agua mojada, mientras me siento tumbad@ en toda la vaguada. Mojad@, empapad@, desprestigiad@ y hasta un mar de pena arrastrad@, por no haber querido ser pisotead@ en el pasado y de da competición haberme apartado. Por haberte respetado, sin de ti haber esperado.

Pero mañana, como cualquier pájaro en cualquier rama, seguiré estando en mi cama. Entre cartón arrugado, entre cartón arrugad@. Despotricando de lado a lado por esta mierda de vida que me he quedado. Por tu culpa, por no haber sembrado. Por lo que no he cosechado.

Por este Estado que hace años nos dejó de lado. Espero haberte asustado.